Por Prakash Kumar
Imagínese que sale a dar un paseo después de un día agotador. Por el camino, se da cuenta de que hay unos cuantos cubos de basura desbordados junto a una parada de autobús. La tendencia continúa cuando te adentras en el parque. Después de unas cuantas vueltas, decides visitar un lavabo público y aguantas la respiración como nunca. Los espacios públicos indios se enfrentan a un problema crónico de mala gestión de los residuos y servicios públicos disfuncionales. La gente suele recurrir a medidas perjudiciales como no beber agua o aguantar la llamada de la naturaleza.
Con miles de aseos públicos en las ciudades, los ayuntamientos se enfrentan a una capacidad de supervisión insuficiente. Aquí es donde pueden ayudar los dispositivos impulsados por la Internet de las Cosas (IoT). IoT es un ecosistema de objetos físicos que pueden comunicarse entre sí, como cubos de basura inteligentes con sensores que generan y transmiten datos en función de los cuales un sistema central toma la decisión de enviar el camión de la basura o sancionar al vendedor por no desplegar el camión a tiempo, etc.
Del mismo modo, los sensores IoT pueden detectar olores, pisadas en espacios públicos, limpieza de un lugar (instalaciones sanitarias) o de un objeto. Un aseo inteligente equipado con estos sensores comparte sus datos con una plataforma central basada en la nube. Esta plataforma en la nube permite a las autoridades cívicas supervisar las condiciones de los aseos para garantizar su limpieza. También puede alertar a los trabajadores sanitarios mediante mensajes de texto o llamadas de voz. En otras palabras, puede ayudar a las autoridades cívicas a garantizar que los contratistas mantengan los acuerdos de nivel de servicio, ya que el pago que se les haga podría estar vinculado al nivel de limpieza. Estas alertas en tiempo real permiten escanear los servicios públicos a distancia, eliminando la necesidad de supervisión física.
Hay otra razón por la que las ciudades de todo el mundo están invirtiendo en aseos inteligentes. Los aseos con IoT y aprendizaje automático pueden suponer un cambio de paradigma en la infraestructura de salud pública de una ciudad y en su capacidad para tomar medidas preventivas. Los dispositivos basados en IoT y ML permiten a las autoridades tomar decisiones basadas en datos sobre salud pública, prevalencia de enfermedades o predicción de brotes de enfermedades en su ciudad. Los sensores instalados en las alcantarillas toman datos que se analizan para predecir la aparición de determinadas enfermedades. Durante el covid, los científicos pudieron predecir brotes con días de antelación analizando los datos recogidos en las alcantarillas.
Los sensores IoT también pueden utilizarse para asesorar a las personas. Los sensores situados en el interior de la taza del váter o de los urinarios pueden analizar la orina en busca de signos precoces de enfermedad. Hoy en día, los sensores detectan la presencia de azúcar y glucosa en exceso, marcadores para detectar la diabetes, etc. Con la llegada del ML, los inodoros inteligentes pueden deducir cuándo los indicadores de salud de una persona están apagados o si la persona tiene síntomas de una enfermedad. Estos datos se almacenan en la nube y se transmiten a la persona que utiliza el aseo a través de una aplicación, si así lo desea. Las autoridades pueden utilizar los datos agregados para evaluar la salud de los residentes y diseñar políticas correctivas adecuadas.
Un reto emergente clave para las ciudades es preservar las masas de agua naturales de la zona. Muchas ciudades indias, incluso las que reciben precipitaciones anuales elevadas, se enfrentan a una grave escasez de agua debido a la rápida urbanización y a la contaminación no regulada de los lagos por vertidos de aguas residuales y residuos sólidos, escorrentías agrícolas e industriales y sedimentos acumulados. Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), 30 ciudades indias serán vulnerables a un "grave riesgo hídrico" en 2050 debido al aumento de la población y a la crisis climática.
La tecnología puede mitigar la contaminación del agua de dos maneras: vigilando la calidad del agua y utilizando las observaciones de la calidad del agua para idear remedios adecuados.
Los conservacionistas se asocian con empresas tecnológicas que pueden aprovechar los dispositivos IoT y ML para proteger los lagos. Instalan redes de sensores inalámbricos en un área extensa para controlar en tiempo real parámetros de salud de la masa de agua como la clorofila, la concentración de oxígeno disuelto y los nitratos. Otra forma de analizar la salud del agua sería evaluar su habitabilidad para las especies acuáticas. Los biosensores detectan cambios anormales en el comportamiento de los animales acuáticos para prever la contaminación. Los datos van a una plataforma central en la nube que permite a los expertos evaluar la calidad del agua y diseñar un tratamiento adecuado.
La tecnología es muy prometedora para mejorar la satisfacción de los ciudadanos con los entornos urbanos. Puede hacer que las ciudades sean más sanas, sostenibles e integradoras para todos sus habitantes.
Lea el artículo aquí: Deccan Herald