Por Monica Mehta
COVID-19 ha impulsado la aceleración de la adopción tecnológica en la comunidad de startups. A medida que el mundo se adapta a nuevos modos de vida, las startups que permiten a los consumidores comprar, estudiar, trabajar e interactuar virtualmente se han disparado repentinamente hasta alcanzar la adopción generalizada.
Adopción tecnológica
Estas startups están siendo impulsadas por tecnologías subyacentes clave que han ganado importancia en los últimos años y se han convertido en herramientas esenciales para el crecimiento actual. El aprendizaje automático y la inteligencia artificial son, sin duda, las tecnologías más extendidas. La computación en la nube es fundamental para el negocio subyacente de muchas startups, ya que ayuda a respaldar todo, desde el aprendizaje virtual hasta la telemedicina, pasando por la entrega de alimentos. Los directores ejecutivos de las startups han puesto el acento en la agilidad, y lo que más piden a la tecnología es un retorno de la inversión más rápido, en semanas, no en años.
Las startups con más éxito en 2020 han sido las que incorporaron estrategias digitales en su ADN. Estas empresas incipientes se han centrado en la conectividad en la nube, el marketing digital dirigido a los consumidores y las interacciones virtuales, lo que les ha proporcionado una ventaja sobre los operadores tradicionales. Ser digital-first también ha puesto a muchas startups disruptivas en posición de desarrollar e introducir rápidamente nuevos productos o servicios para hacer frente a los retos de la pandemia y ahora están en posición de adelantarse a sus competidores menos ágiles.
Sin embargo, no se pueden subestimar los retos relacionados con la COVID-19 a los que se enfrentan hoy en día las empresas emergentes, independientemente de su nivel de destreza digital. Ser digital-first en sí mismo no es una panacea para todos los vientos en contra a los que se enfrentan las empresas debido a la pandemia, pero tienen más herramientas a su disposición para capear el temporal y salir fortalecidas del otro lado.
Diversidad de talentos y distribución flexible
La pandemia ha puesto en entredicho la noción predominante de que la presencia de una oficina física y la conectividad son insustituibles. Varias empresas emergentes operan hoy sin una sede oficial, sin que ello afecte a su rendimiento y crecimiento. De hecho, una configuración informal, junto con una distribución flexible, ha permitido una mejor conectividad con startups que tardan un tiempo mínimo en responder a los retos, al tiempo que disminuyen las barreras que supone una configuración de oficina presencial. La creación de un equipo distribuido ha permitido a muchas startups trabajar sin problemas en distintas zonas geográficas, lo que no sólo les ha ofrecido una clara ventaja estratégica, sino que es cada vez más esencial para la supervivencia.
COVID-19 ha empujado a las startups a reestructurar su cultura de trabajo, y los miembros del equipo se sienten cada vez más cómodos con el trabajo a distancia, que ha llegado para quedarse. El trabajo a distancia ha ofrecido a las startups la flexibilidad necesaria para atraer talento de calidad y aprovechar a los mejores de la clase para su plantilla. Los equipos remotos han dado a los empleados el espacio necesario para hacer malabarismos con múltiples responsabilidades y, por lo tanto, han dado lugar a una mayor diversidad en la mano de obra y a una transformación de las políticas y la cultura de contratación de las startups.
A pesar de que la tasa de desempleo está en máximos históricos, varias empresas emergentes disruptivas han contratado a nuevos empleados desde el inicio de la COVID-19, lo que es, a su vez, el resultado del aumento de la demanda de su oferta básica desde que la pandemia se desató en todo el mundo. Muchas de estas empresas emergentes se centran en la atención sanitaria, los servicios financieros, el marketing digital, la tecnología educativa, la conectividad en la nube y la distribución en línea a los consumidores, y han visto cómo la demanda de sus productos y servicios básicos se duplicaba con creces durante el parón económico.
Cadenas regionales de suministro
La emergencia de China como centro de la cadena de suministro mundial es una de las mayores historias de este siglo. Sin embargo, el mando mundial de China alcanzó su punto álgido en 2017, tras lo cual sobrevino la pandemia que, a su vez, desencadenó una perturbación que pocos habían previsto. La embestida del virus puso de relieve el riesgo país a una escala sin precedentes dada la profundidad de sus dependencias de China. El deseo de los países de ser cada vez más independientes ha abierto muchas oportunidades para que los jóvenes emprendedores ideen y aporten soluciones innovadoras y disruptivas para la cadena de suministro local y regional que refuercen la independencia de las naciones.
Dinámica cambiante de la actividad y los procesos de inversión
Como resultado de la pandemia, el sector del capital riesgo se está viendo afectado en todo el mundo, donde los fondos de capital riesgo han pasado de ser fondos de capital riesgo laissez-faire a fondos de capital riesgo más implicados.
Además, hay un fondo de inversión más reducido y una mayor aversión al riesgoaunque con ciertos matices según el tipo de inversor. También hay un cambio de paradigma en el que Las sociedades de capital riesgo ganan poder de negociación dado el menor fondo de inversión, un poder que los empresarios sí tenían hasta ahora.
Además, las restricciones de viaje han provocado disminuirá la inversión transfronteriza de capital riesgo en los dos últimos trimestres, dadas las dificultades para llevar a cabo una diligencia debida puramente virtual. En las inversiones en fase inicial, aunque el tamaño de los boletos es menor, reunirse con el equipo fundador o visitar las instalaciones de las startups es un factor clave para la toma de decisiones. Aunque se están llevando a cabo algunas transacciones, el proceso y los plazos de inversión se han alargado debido a la nueva dinámica.
Sin embargo, sigue habiendo interés por los activos alternativos, dentro de el ecosistema digital y las sociedades de capital riesgo tienen la posibilidad de aprovechar al máximo las crecientes curvas de adopción, dada la transición de los modelos offline a los digitales. Además, este nuevo entorno puede ser una oportunidad para que algunas sociedades de capital riesgo participen en empresas en las que antes no podían debido a rondas sobresuscritas.
Adaptarse a la nueva normalidad
En la era post COVID, los fundadores de startups han empezado cada vez más a ampliando sus gamas de pistas (el número de meses que una startup puede operar hasta agotar sus flujos de caja disponibles). Si antes era de 12 meses, ahora se amplía a 18-22 meses.
Por último, los inversores han mostrado un cambio de prioridades, centrándose cada vez más en la rentabilidad (periodo de equilibrio, economía unitaria, control del burn-rate, etc.). Las startups apuestan por pivotar sus modelos de negocioAl mismo tiempo, modifican sus hojas de ruta de productos y actividades, aunque con mayor cautela, ya que posponen las decisiones estratégicas. En general, en una era post COVID, eficiencia del capital es más importante que el crecimiento desenfrenado, mientras que la remuneración mediante opciones sobre acciones aumenta ante la caída global de los salarios.
Fuente: TuHistoria