Por Kamal Das
Vivimos en la era de la tecnología. En general, los países desarrollados están a la vanguardia de los avances tecnológicos. Muchos de los últimos avances en IA, metaverso, biotecnología o blockchain emanan de países desarrollados. Sin embargo, en muchos casos de tecnología para el bien público, la India ha robado la marcha y tomado la delantera.
Tomemos el ejemplo de los retos con COVID-19. Al iniciarse el despliegue de la vacuna, los ciudadanos estadounidenses recibieron tarjetas de registro de vacunas escritas a mano. En eBay y Amazon se podían encontrar tarjetas de vacunación falsas. Por otro lado, India reunió a un equipo de tecnócratas y tecnólogos que construyeron CoWIN (Covid Vaccine Intelligence Network). Mientras que en los países desarrollados muchos se esforzaban por mostrar su pasaporte de vacunación en los primeros meses, los indios se las apañaban con certificados de vacunación digitales escaneando un código QR en aplicaciones como DigiLocker o Aaroya Setu. No es de extrañar que más de 50 países se hayan interesado por la aplicación CoWIN. De ser un país rezagado en tecnología, la India está demostrando sus poderes en el ámbito digital, especialmente en la prestación de servicios a los ciudadanos.
En los últimos años, con la automatización y digitalización a gran escala por parte del gobierno, tanto a nivel central como estatal, los responsables políticos tienen acceso a grandes cantidades de datos que pueden utilizarse para elaborar nuevas políticas y evaluar las políticas existentes. Hay un creciente enfoque entre los responsables políticos para aprovechar las tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, el Aprendizaje Automático, Blockchain, IOT para mejorar la prestación de servicios públicos, fortalecer la gobernanza y tomar decisiones mejor informadas basadas en datos. Algunos estados están utilizando el análisis de datos para examinar montones de datos e identificar los lugares en los que deberían instalarse nuevos hospitales, escuelas u otras infraestructuras.
Los retos persisten para los responsables políticos. Presupuestos limitados, tecnología heredada, múltiples fuentes de datos que a veces no se comunican entre sí, calidad incoherente de los datos... son algunos de los problemas con los que siguen lidiando. A pesar de estas dificultades, es alentador ver que muchos departamentos gubernamentales, tanto estatales como centrales, adoptan medidas para utilizar la tecnología emergente con el fin de mejorar la atención al ciudadano.
La Trinidad JAM del Jan Dhan-Aadhaar-Móvil ha ayudado al Gobierno a ahorrar 1,70 lakh crore de dinero de los contribuyentes. Los departamentos fiscales están utilizando herramientas basadas en IA para identificar a los probables morosos. El departamento de agricultura de muchos estados está utilizando herramientas basadas en IA para sugerir el mejor momento para sembrar las semillas y optimizar el uso del agua, así como para reducir las pérdidas de cosechas mediante la gestión integrada de plagas. Muchos servicios públicos están utilizando chatbot basados en NLP para ayudar a los usuarios a acceder a la información de los sitios web las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y el gobierno está planeando un motor conversacional que pueda desplegarse en la plataforma UMANG, que alberga varias aplicaciones que proporcionan servicios gubernamentales a los ciudadanos. Los hospitales utilizan aplicaciones basadas en visión por ordenador para interpretar radiografías. Los gobiernos estatales han iniciado el proceso de utilización de blockchain para el registro de la propiedad y los catastros.
Reconocemos que las tecnologías emergentes no son la panacea para todos los males y que debemos ser conscientes de los problemas éticos que plantean. Queda mucho por hacer. Sin embargo, la voluntad y la motivación para mejorar el bien social a través de la tecnología son alentadoras. India está llamada a convertirse en líder en el uso de la tecnología para el bien público.
Fuente: Revista IIM Ahmedabad - Escrito en la pared