Por qué el espíritu empresarial es una gran opción profesional para los jóvenes adultos

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Por qué el espíritu empresarial es una gran opción profesional para los jóvenes adultos

Las tendencias indican que los mejores y más brillantes jóvenes eligen cada vez más el espíritu empresarial como primera opción profesional.

Por Monica Mehta

Con todo el revuelo en torno a las historias de éxito de las start-ups y los unicornios, es muy natural que cualquiera se plantee la pregunta de "si el espíritu empresarial es una gran opción profesional para mí".

Pero, ¿qué es el espíritu empresarial?

El espíritu empresarial consiste en la propensión a asumir riesgos, planificar, organizar, racionalizar y gestionar una nueva idea de negocio en un mercado global dinámico. El espíritu empresarial se caracteriza por la creación de empleo más que por la búsqueda de empleo. Los emprendedores son personas de mentalidad independiente e innovadora que buscan crear productos y servicios únicos. Emprender puede ser difícil, pero es un viaje gratificante.

Hace sólo una generación, los indios se centraban únicamente en trayectorias profesionales bien definidas y probadas. Los jóvenes adultos solían seguir los pasos de sus padres y optaban por una carrera segura. Hoy en día, el espíritu empresarial se ha convertido en una de las principales opciones profesionales de los jóvenes por las siguientes razones:

- La ambición de crear y ejecutar un plan de negocio desde cero
- El deseo de ser su propio jefe y dueño de su destino
- Motivación para asumir riesgos en una economía mundial cambiante en la que quedan muchas oportunidades por explorar.
- El objetivo es prosperar financieramente y llevar su trayectoria de crecimiento a cotas sin precedentes.

Aunque la mayoría de nosotros tenemos el talento y el deseo de empezar algo nuevo, hay que entender que el éxito empresarial no consiste sólo en buscar la novedad. Se trata de idear algo que ayude a resolver un problema pertinente y que tenga un mercado y un cliente, es decir, que pueda venderse para obtener beneficios. Si tienes pensado unirte al ecosistema de las start-ups, quizá deberías reflexionar primero sobre estas cuestiones:

- ¿Tiene una idea/concepto único para emprender?
- ¿Será capaz de desarrollar una red de "personas y productos" que facilite sus objetivos empresariales?
- ¿Ha desarrollado procesos claros y definidos que abarquen el desarrollo, la promoción y la entrega del producto o servicio?
- ¿Ha previsto fondos suficientes para que su idea despegue y garantizar la sostenibilidad de la empresa hasta la generación de ingresos?

Si has respondido afirmativamente a más de una de las preguntas anteriores, esto podría significar que estás en el buen camino para iniciar tu andadura empresarial.

Ser empresario enseña habilidades para la vida, genera creatividad y capacidad para resolver problemas, proporciona una mejor comprensión de los mercados y la economía, y mejora el trabajo en equipo, la comunicación, la creación de redes y aporta una actitud de nunca rendirse. Fracasar en la iniciativa empresarial es una experiencia de aprendizaje en sí misma. No hay que pensar que todos los empresarios se hacen ricos, aunque si se aprende a perseverar y a contrarrestar el fracaso, el espíritu empresarial puede ser la puerta de entrada a un potencial ilimitado de ingresos. La mayoría de los trabajos tienen un límite salarial, pero el espíritu empresarial es justo lo contrario.

Las habilidades empresariales que se desarrollan no se limitan a los negocios, sino que son transferibles a casi todas las esferas de la vida y la profesión. Los emprendedores se vuelven expertos en habilidades similares como la gestión del tiempo, la delegación, la perseverancia, el análisis crítico y muchas más.

Hoy en día, las economías desarrolladas están pasando de ser economías "de gestión" a economías "empresariales". Como economía emergente, India está siendo testigo de un crecimiento del espíritu empresarial como nunca antes y, por lo tanto, se está asegurando de que los jóvenes adopten el espíritu empresarial como una opción profesional. Las carreras empresariales pueden ir desde emprendedor primerizo a emprendedor en serie, inversor ángel, socio de una empresa de capital riesgo o de capital privado, empresario corporativo, educador o mentor.

Se han puesto en marcha múltiples iniciativas para fomentar la creación y el crecimiento de nuevas empresas. El Gobierno actual ha creado un Ministerio de Desarrollo de Capacidades y Espíritu Empresarial; varios institutos de enseñanza imparten cursos de espíritu empresarial. Tanto el sector privado como las universidades han creado muchas aceleradoras e incubadoras de empresas para asesorar y preparar a los emprendedores. También ayuda el apoyo a concursos de ideas e innovación organizados por la industria. Los antiguos alumnos universitarios regresan ahora a sus campus y se implican activamente a través de la tutoría y la creación de fondos ángel.

El ecosistema actual para el espíritu empresarial es vibrante. El espíritu empresarial es, por tanto, una excelente manera de que las jóvenes generaciones exploren sus áreas de interés y orientación profesional.

Fuente: Outlook

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