La tecnología puede desempeñar un papel importante en el almacenamiento y la transformación eficientes a largo plazo y en la mejora de la cadena de suministro.
Por Prakash Kumar
¿Ha pensado alguna vez cómo se reponen las existencias de verduras y frutas en nuestras tiendas de barrio? ¿Cómo llegan estos productos perecederos y delicados a la tienda, bien apilados y sin daños? Más preguntas para reflexionar: ¿Por qué el agricultor recibe 10 rupias por un kilo de tomates, que los consumidores compramos a 40 rupias el kilo en la verdulería? ¿Cómo se determinan los márgenes?
La cadena de suministro, en la que intervienen muchos agentes, es muy ineficiente, lo que provoca un gran despilfarro que afecta al bolsillo, y hay una solución para el problema.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en India se desperdician más de 40% de los alimentos producidos. Su coste podría ascender a 92.000 millones de rupias, y sólo el desperdicio de frutas y verduras supone 40.000 millones de rupias.
La pérdida y el desperdicio disminuyen su disponibilidad en el mercado, lo que a su vez incrementa los precios y reduce la capacidad de los consumidores de bajos ingresos para acceder a los mismos. Esta pérdida representa un despilfarro de agua, tierra, energía y otros recursos naturales utilizados para producir alimentos.
Hacer frente a estas pérdidas y desperdicios redundará en una mayor disponibilidad de alimentos y optimizará el uso de los recursos naturales y financieros.
La tecnología puede desempeñar un papel importante en este sentido, por un lado en términos de almacenamiento y procesamiento eficaces a largo plazo y, por otro, en la mejora de la cadena de suministro.
¿Cómo puede la IA mejorar la cadena de suministro y reducir la gran brecha de información entre el productor y el minorista de hortalizas/frutas y conseguir un mejor precio para ellas?
La cadena de suministro más sencilla empieza con el agricultor y termina en la tienda del barrio. La cadena es la siguiente Agricultor Ò Agente de recogida en el pueblo Ò Agente de transporte Ò Adhatiya en Mandi Ò Mayorista Ò Minorista de verduras de barrio.
En este sistema, los agricultores sufren el riesgo de los precios, la asimetría de la información sobre la demanda, la ineficacia de la distribución y reciben los pagos con retraso.
Por otro lado, los minoristas se enfrentan a problemas como costes más elevados, productos de baja calidad y poco higiénicos, alta volatilidad de los precios y la molestia diaria de ir al mercado muy temprano por la mañana.
Así pues, la "cadena de suministro" tradicional es muy ineficaz, desorganizada y presenta un elevado índice de desperdicio de alimentos.
La razón principal es la falta de información adecuada entre los distintos agentes, lo que lleva a la manipulación de los precios por parte de intermediarios que cubren su riesgo disparando el precio. Los principales perjudicados son los agricultores y los consumidores.
¿Cómo ayuda la IA? Basándose en el análisis de datos anteriores, el sistema realiza proyecciones que se comunican a los agricultores con una semana de antelación por SMS en el idioma local.
Este consejo se actualiza al cabo de cinco días en función de las cotizaciones del mercado y de la oferta y la demanda de los días anteriores.
Se crean centros de recogida en las zonas rurales donde los agricultores llevan sus productos según los SMS que reciben.
Los productos se clasifican por calidad y peso y se empaquetan en cajas de plástico. A continuación se envían a grandes centros de distribución, donde se realiza una segunda ronda de control de calidad y se agrupan las cajas en función de los pedidos recibidos de los distintos minoristas.
Las cajas se transportan en camiones cuyas rutas son planificadas por el sistema de IA. El conductor entrega las cajas y recoge las vacías junto con el dinero de los minoristas.
De este modo se reducen las pérdidas o el despilfarro, se elimina la asimetría de la información y se suprimen las múltiples capas de intermediarios, lo que se traduce en una demanda coherente y un mejor precio para los productores y un precio justo para los consumidores.
Los minoristas reciben productos frescos a precios competitivos que se entregan en sus tiendas. Esto, a su vez, ayuda a construir una logística y unas infraestructuras fiables, rentables y de alta velocidad.
El poder de la IA y la visión por ordenador se ha utilizado para resolver otro gran reto de este ecosistema: la evaluación de la calidad de frutas y verduras frescas.
El sistema, basado en IA, cuenta con cámaras y sensores que se utilizan para visualizar los alimentos de la misma forma que lo hacen los consumidores.
Estos sistemas están entrenados en el color, el tamaño y otros parámetros de diversos tipos de verduras y frutas, por lo que pueden evaluar la calidad y luego clasificarlas.
La IA elimina el sesgo humano de la inspección de calidad, ofreciendo resultados objetivos al instante y optimizando la calidad.
El sistema de envasado automático puede acoplarse al sistema de clasificación para envasar hortalizas en lotes de 500 gramos a un kilogramo o más en redes de nailon.
Esto permite imprimir los números de origen y lote, etc., lo que conducirá a una trazabilidad completa de cada paquete. La trazabilidad permite identificar rápidamente la fuente en caso de contaminación y enfermedad.
Al llevar un registro de todo el historial de producción y distribución, los agricultores pueden reaccionar rápidamente ante problemas como la mala calidad de las semillas o el uso de pesticidas, etc.
El historial de producción en las explotaciones también puede servir para asesorar mejor a los agricultores y canalizar la ayuda que presta el gobierno, especialmente a los pequeños agricultores. Estos datos también serán útiles para planificar mejor las nuevas instalaciones de transformación y almacenamiento.
Para garantizar las condiciones higiénicas en los centros de calidad y clasificación, se pueden poner cámaras para vigilar a los trabajadores y utilizar programas informáticos de reconocimiento de objetos para determinar si los trabajadores llevan guantes y mascarillas, como exige la legislación de seguridad alimentaria.
¿Es una quimera? No exactamente, ya que algunas startups de Bangalore utilizaron sistemas de cadena de suministro basados en IA durante la primera oleada de la pandemia de COVID-19, y han florecido desde entonces.
Los sistemas de cadena de suministro basados en IA funcionan en siete grandes ciudades: Bangalore, Chennai, Hyderabad, Delhi, Ahmedabad, Pune y Bombay. Espero que se extienda a más ciudades y aporte los frutos de la intervención tecnológica en beneficio de agricultores y consumidores.
Fuente: La actualidad empresarial