As La política del miedo y la inseguridad extiende su sombra sobre el mundo occidental, y los robots y la impresión 3D amenazan con desplazar a los trabajadores manuales de todo el mundo. La situación laboral también es sombría en la economía de más rápido crecimiento del mundo. Al ritmo actual, la India sumará 80 millones de nuevos solicitantes de empleo para 2025, la mayoría de ellos sin cualificación. Con una previsión de 30 millones de nuevos puestos de trabajo al ritmo actual, el panorama se vuelve deprimente muy rápidamente.
La educación superior sigue estando fuera del alcance de tres cuartas partes de los jóvenes que abandonan la escuela en la India. Algunos argumentan que no es una gran pérdida. Con una empleabilidad del 10-15 % de sus graduados, las escuelas de ingeniería y administración, que proliferan rápidamente, son, en el mejor de los casos, inversiones dudosas. La capacitación es, sin duda, la única solución práctica al inminente diluvio demográfico que se avecina en el país más joven del mundo.
Por supuesto, no es nada fácil. Para 2022, se estima que las necesidades de capacitación del país superarán los 400 millones, más de diez veces nuestra tasa actual. Y no se trata solo de los jóvenes. Los cambios tecnológicos desplazan habitualmente a miles de trabajadores de mediana edad. Cada año, alrededor de 60 000 exmilitares se retiran de las fuerzas armadas en la plenitud de sus vidas para incorporarse a la vida civil.
La impaciencia que subyace a la reciente directiva de la Oficina del Primer Ministro de ampliar la red de ITI en más de 50% en un solo año es comprensible. Pero las cifras solo muestran una parte de la historia. La formación profesional sigue sin ser “atractiva” para gran parte de la juventud india. La calidad de la formación, tanto en la realidad como en la percepción, sigue obstaculizando las perspectivas laborales.
Pero si el bosque que se extiende ante nosotros parece amenazante, también se vislumbra un camino. Otros han recorrido el camino que India debe seguir y han dejado modelos y lecciones a su paso.
¿La capacitación no es lo suficientemente atractiva para los jóvenes? En Australia, casi un tercio de los jóvenes que reúnen los requisitos para ingresar a la universidad optan habitualmente por desarrollar sus habilidades. China aborda el problema de la “percepción” ofreciendo becas para el desarrollo de habilidades (que no están disponibles para los programas de grado).
¿Hay empleos reales al final? Australia coloca a tres cuartas partes de sus jóvenes con habilidades mejoradas en un plazo de seis meses tras la finalización de sus estudios. La relevancia es la cuestión clave aquí. En China, al menos un tercio del plan de estudios para el desarrollo de habilidades es elaborado por las escuelas en colaboración con las empresas locales. El sistema de formación dual de Alemania complementa el aprendizaje en el aula con formación “in situ” en entornos industriales.
¿Dónde están los maestros? Multiplicar por diez la capacidad de formación requiere una movilización sin precedentes del profesorado. Esto, a su vez, necesita un sistema de certificación que permita convertir a los profesionales del sector en formadores cualificados. China ha resuelto este problema mediante la creación de un sistema de formación y certificación de formadores cualificados cuidadosamente diseñado. Los formadores deben mantenerse al día realizando estancias anuales en el sector.
¿Todo en el aula? El aprendizaje profesional constituye el baluarte del sector del desarrollo de habilidades en Alemania. También se utiliza ampliamente en el sector de las pymes de China. Ha sido fundamental en gran parte del desarrollo tradicional de habilidades en la India, ya sea con el padre o con los “Ustads”.
El reto consiste en formalizarlo, garantizar que se adquieran las habilidades más recientes en los lugares de trabajo adecuados y ampliarlo a todo el país. Las pymes suelen estar ávidas de trabajadores temporales de bajo costo. También son las que más se quejan de la escasez de mano de obra. Una vez más, el reto consiste en tender puentes.
¿Cómo lograrlo? A nivel político, por supuesto, el reto es la gobernanza y la coordinación entre las distintas partes interesadas. En China, dos ministerios nacionales colaboran para gestionar el sistema de formación profesional. En Australia, el Consejo de Gobiernos Australianos (COAG) proporciona una plataforma para la coordinación entre los distintos actores políticos en el ámbito de la formación profesional.
La India necesita recorrer este camino, pero debe hacerlo al ritmo de Usain Bolt, mientras que otros lo han hecho a paso lento. Sin embargo, el gobierno central no puede ser el único velocista. A diferencia de China, donde una ley de 1996 prácticamente dictaba la participación de la industria, en la India el esfuerzo solo puede tener éxito mediante la participación entusiasta del gobierno —tanto del centro como de los estados y los organismos locales— y del sector privado —industrias de todos los tamaños y sectores—. Y todo ello por interés propio, no por patriotismo. El reloj no se detiene, y cada día suena más fuerte.



