Las PYME de la India pueden ser la respuesta para gestionar los problemas del desempleo y el subempleo.

Las pequeñas y medianas empresas (PYME) son fundamentales para todas las economías. En los países en desarrollo, con pocos conglomerados, las PYME pueden ser la savia de la economía y el empleo. La India, con sus 63,4 millones de PYME no agrícolas, no es una excepción. Aquí, las PYMES -más exactamente, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (PYMES)- dan empleo a más de 111 millones de personas y contribuyen en casi 29% al PIB de la India. Son los 111 millones de personas que emplean lo que resulta intrigante y de gran interés para el país, dado que el desempleo juvenil se sitúa en 16%, el más alto de los últimos 20 años, y que los salarios están peligrosamente deprimidos, principalmente debido al subempleo. A escala mundial, las PYME representan cerca de 70% de todos los nuevos puestos de trabajo creados anualmente. ¿Pueden ser las PYME de la India la respuesta para gestionar el problemático aumento del desempleo y el subempleo?
Examinemos los puntos fuertes tradicionales de las PYME. Se basan en gran medida en la convicción personal; se establecen sobre todo con ahorros personales o pequeños préstamos de familiares y amigos; tienen proveedores y distribuidores basados en la confianza y en sólidas relaciones personales; sus líneas de fabricación y servicios están razonablemente bien probadas; tienen un conocimiento íntimo de sus mercados y sus clientes; son frugales; y como son operaciones pequeñas, tienden a tener una mayor retención de empleados. En la mayoría de los casos, cuentan con empresas maduras que ya cumplen las normas reglamentarias y, si no lo hacen, suele ser fácil adaptarlas.
Examinando sus retos, las PYME no consiguen escalar y alcanzar su verdadero potencial por varias razones. Las PYME son incapaces de encontrar nuevos proveedores y distribuidores en un mercado más nuevo y en los que puedan confiar. No están seguras de que se confíe en su marca fuera de sus áreas de operación. No pueden encontrar clientes potenciales con facilidad. No pueden ampliar sus actividades de fabricación, aprovisionamiento y marketing por falta de financiación. Y no pueden encontrar inversores porque no tienen prácticas formales y bien documentadas.
Es una ironía. Los inversores están deseando apostar por productos y servicios de eficacia probada, en los que el empresario sea un apasionado y asuma la propiedad total, tenga un historial probado, cuente con clientes y un potencial de crecimiento claramente visible. Las PYME cumplen todos estos requisitos, pero los inversores no hacen cola. ¿Qué puede despertar el interés de los inversores y dinamizar estas empresas?
Ahora, soñemos un poco. Supongamos que pudiéramos identificar todas las PYME con un volumen de negocio de entre 5 y 50 millones de rupias e implantar personas, procesos y políticas que les ayudaran a multiplicar por 2 o por 10 su tamaño. La solución está delante de nosotros, pero nuestras percepciones fijas de la realidad tienden a oscurecerla. Lo que necesitan las pymes es el equivalente de una KPMG, PwC o Bain & Company de bajo coste: una empresa de servicios profesionales que pueda estudiar los mercados, identificar oportunidades, llevar a cabo el descubrimiento con las pymes, sugerir nuevos modelos de negocio y planes de transformación, ayudar en la ejecución de la iniciativa, incluida la digitalización, para que puedan atender a clientes y mercados que antes eran inalcanzables, gestionar fusiones y adquisiciones y ofrecer asesoramiento fiscal, de capital privado y de servicios financieros.
Nuestro analista empresarial ideal de alta calidad ofrecería servicios adaptados a las pymes. Estos incluirían sesiones de conocimiento digital, formación empresarial y técnica, soluciones de dotación de personal, conexiones móviles a la carta con mentores seleccionados, expertos en sectores específicos, ex consultores remunerados y gratuitos de las principales empresas de análisis, profesores, expertos en marketing, proveedores de servicios seleccionados, socios y distribuidores, profesionales de la regulación, responsables de riesgos, etc., todo ello a una fracción del coste de las cinco grandes empresas y a nivel mundial para servir al mercado globalizado.
Esto podría ser posible aprovechando la tecnología, las redes de consultores y expertos de crowdsourcing, y teniendo todo esto anclado por una organización vértice con un conocimiento muy afinado de los empresarios y sus ecosistemas. Una ventaja especial sería una plataforma digital a la carta gestionada por la organización vértice que conecte a las PYME y a los actores de su ecosistema en todo el mundo. Una vez conectados, podrían trabajar en colaboración para encontrar nuevos mercados, mejores proveedores, compartir prácticas empresariales y ajustar la capacidad y los precios en su beneficio.
Esencialmente, el modelo que aquí se sugiere imita a las grandes empresas al abordar la cuestión del cliente, el efectivo y la capacidad de forma estructurada y profesional, aprovechando las soluciones tecnológicas y las redes mundiales. Si todo va bien, podría convertirse en la solución ideal al problema del desempleo de la India y otras economías emergentes.
El autor es Presidente y Director General de la Fundación Wadhwani.
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