Los viveros de empresas deben reflexionar, pivotar y reestructurarse si quieren seguir siendo relevantes en el nuevo mundo digital post-Covid.
Por: Ajay Batra
El reciente evento Prarambh reunió a varias partes interesadas para desarrollar una visión compartida de un vibrante ecosistema regional de startups e innovación. Durante el acto, el Gobierno también anunció la creación de un fondo de 1.000 millones de rupias para impulsar el lanzamiento de nuevas startups y apoyar sus perspectivas de crecimiento.
Los viveros de empresas seguirán desempeñando un papel vital en la materialización de esta visión, impulsando aún más empresas emergentes hacia el éxito.
Sin embargo, al igual que los consejos ofrecidos a las nuevas empresas en el nuevo mundo plagado de pandemias, las incubadoras deben reinventarse a sí mismas. Los responsables políticos y las organizaciones que conceden subvenciones están preocupados por las altas tasas de mortalidad de las incubadoras y/o las bajas tasas de éxito de las empresas emergentes que se gradúan.
A medida que escasean los fondos públicos, se pide a los viveros de empresas que reevalúen sus modelos de negocio para ayudarles a generar ingresos y convertirse en organizaciones autosostenibles.
Incubación personalizada y digital
Cada startup es única en su visión, habilidades de equipo y capacidad de ejecución. Sin embargo, las pintamos a todas con la misma brocha cuando las combinamos en una cohorte monolítica en una incubadora. El modelo de incubación basado en cohortes, vigente desde hace décadas, está siendo cuestionado y trastocado. Las incubadoras están despertando a la realidad de que la desviación entre la madurez de los fundadores ha aumentado, al igual que la variación en las etapas de las startups y sus necesidades específicas. El sistema de apoyo sincronizado del mismo tamaño para todos no está funcionando para muchas startups.
Habilitada por la computación en nube, el análisis de datos y la IA, la emocionante promesa del apoyo personalizado aún no es una realidad completa. Pero armada con herramientas y métodos de evaluación de la nueva era, la tutoría digital está llamando a nuestras puertas para crear una experiencia más personal para los fundadores de todas las formas y tamaños. Para que no implique un enfoque mecánico, esta incubación personalizada requerirá habilidades aún más profundas de empatía por parte del equipo de incubación, proporcionando aprendizaje, tutoría y conexiones hiperpertinentes y en el momento adecuado que muevan la aguja para cada startup.
Apoyo virtual a la puesta en marcha
Vender espacios de co-working como oferta principal siempre fue un modelo de negocio dudoso para las incubadoras. La pandemia actual ha sacudido este pilar del ecosistema de incubación: tras un periodo inicial de conmoción e inacción, las empresas emergentes se han levantado y han reanudado su viaje a distancia.
Aprendieron a desarrollar productos, a conectar con sus clientes y a recaudar fondos, todo virtualmente. Esperaban que sus incubadoras se asociaran con ellas en esta nueva realidad ofreciéndoles tutorías y talleres virtuales, y la mayoría de las incubadoras se han puesto manos a la obra para hacerlo. Ya no se espera que las startups tengan "tiempo cara a cara" en un espacio de co-working, ya no se espera que paguen cuotas mensuales de asiento - la incubación de startups se ha convertido realmente en un fenómeno virtual.
En el proceso, las incubadoras han descubierto nuevas formas de llegar a un mayor número de empresas emergentes, relacionarse con un grupo mundial de mentores y conectarse con los ecosistemas transnacionales de empresas emergentes. El mundo de las empresas emergentes, las incubadoras, los mentores y los inversores está ahora más conectado que nunca gracias a las tecnologías digitales de comunicación y colaboración.
Enfoque de dominio profundo
A medida que el mundo reconoce la necesidad de una mayor innovación en ámbitos como la sanidad pública y la educación y los países se esfuerzan por ser autosuficientes en sus áreas prioritarias, aumenta el impulso para desarrollar competencias profundas en determinadas áreas.
Para apoyar a estas empresas emergentes de tecnología profunda, las incubadoras se están dando cuenta de que, además de los envoltorios de los modelos de negocio, los preparativos de los inversores y las conexiones con el ecosistema, necesitan acompañar a las empresas emergentes a través de sus productos/servicios básicos proporcionando conocimientos profundos de la industria (por ejemplo, agricultura, salud, finanzas) y la tecnología (por ejemplo, Blockchain, IA, robótica).
De cara al futuro, los viveros de empresas genéricos se enfrentarán a grandes retos a la hora de atraer y apoyar a grandes empresas emergentes. Tendrán que desarrollar puntos fuertes intrínsecos en áreas seleccionadas y/o contar con asociaciones profundas para cubrir el vasto terreno de las capacidades industriales/tecnológicas. Es probable que veamos más incubadoras que emulen los modelos de ALEAP WE-Hub, AIC CCMB y NEATeHub.
Incubación inclusiva
COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de un crecimiento integrador. Incorporar a miles de pequeñas ciudades y pueblos a la economía general es una prioridad nacional, y la solución es el espíritu empresarial integrador y la creación de empleo local.
Las incubadoras deben empaparse de esta realidad para apoyar a las empresas emergentes de las zonas rurales, con especial atención al apoyo a las empresas sociales que abordan retos muy arraigados.
Los viveros de empresas deben invertir en concienciar a los jóvenes sobre el espíritu empresarial y esforzarse al máximo por incorporar a las mujeres empresarias a este movimiento. Las empresas de todas las zonas geográficas, estatus económico de los fundadores y etapas de la vida necesitan acceso a una tutoría asequible y de alta calidad que nuestras diversas incubadoras están bien preparadas para proporcionar.
En los próximos años, el sello distintivo del éxito de las empresas emergentes del país vendrá determinado por el acceso generalizado e inclusivo a los viveros de empresas en zonas remotas.
La incubación virtual, la tutoría digital, el espíritu empresarial inclusivo y la conectividad global han llegado para quedarse. Las incubadoras deben reflexionar, pivotar y reorientar sus estrategias si quieren seguir siendo relevantes en el nuevo mundo digital post-Covid.
Fuente: La actualidad empresarial