La misión de formación profesional para la juventud india despegó hace ocho años. En su nuevo avatar, pretende proporcionar a los estudiantes empleos
Somyasri Samal habla inglés con fluidez: frases cortas y nítidas, gramática en su sitio; también puede cambiar de acento, nos dicen. Al ver a esta ejecutiva de atención al cliente de 22 años de una empresa de telecomunicaciones, no hay forma de adivinar su historia. Samal es de Barundiha, a 160 km de Bhubaneswar; las agobiantes dificultades económicas en casa la obligaron en su día a abandonar los estudios superiores. Hoy trabaja en una empresa de Bhubaneswar y gana 10.000 rupias al mes.
"Fui la primera chica que salió de nuestro pueblo para conseguir un trabajo en una empresa", dice orgullosa. "La formación en informática e inglés comunicativo me ayudó a conseguir el trabajo", añade. Recibió formación en un centro de la Fundación Anudip, una organización con sede en Calcuta que forma a jóvenes en competencias acordes con el mercado.
Samal forma parte del creciente número de jóvenes del país que se han sumado a la revolución de la cualificación iniciada por el gobierno central hace ocho años, y Anudip es una de las 267 organizaciones asociadas a la Corporación Nacional de Desarrollo de Cualificaciones (NSDC), dependiente del Ministerio de Desarrollo de Cualificaciones y Emprendimiento de la Unión. "La formación profesional es esencial, sobre todo en la India rural y semiurbana. Nuestro mantra es hacer que los jóvenes formen parte de la "nueva economía" de la India", afirma Subhra Bandyapadhyaya, Director General de la Fundación Anudip.
El NSDC, junto con sus socios, ha podido formar a 8,03 millones de estudiantes en cursos de capacitación de corta duración. Rajiv Pratap Rudy, Ministro de Estado de la Unión para el Desarrollo de Capacidades y el Emprendimiento, afirma: "De esta cifra, el 80% se ha impartido en los dos últimos años". (Ver Straight talk)
En su nueva versión, la revolución de la cualificación (rebautizada Skilling India Mission), lanzada el año pasado, pretende conseguir mucho más. El objetivo general es capacitar a 402 millones de trabajadores para 2022, pero ahora el plan debe conectar a los estudiantes con empleos reales, no solo con certificados de capacitación.
Para emplear a la creciente población joven -en 2020 la mitad de los 1.300 millones de indios en edad de trabajar tendrán menos de 25 años-, el NSDC ha elegido 40 consejos de competencias sectoriales que abarcan desde las TI/ITeS a la logística, pasando por la hostelería y la belleza y el bienestar.
Jayant Krishna, CEO de NSDC, afirma: "También nos hemos alineado con misiones nacionales como Make in India, Smart Cities y Digital India, trazando un mapa de sus requisitos y ayudando así al desarrollo económico."
Aunque el NSDC ha ayudado a formar a más de 8 millones de estudiantes hasta la fecha, menos de la mitad han sido colocados. Incluso el Interventor y Auditor General (CAG) ha cuestionado el funcionamiento de la corporación hasta marzo de 2014. Algunos socios se centraban más en el número de alumnos matriculados que en ayudarles a encontrar trabajo.
Además, la mayoría de los empleos se limitan a sectores específicos, como TI/ITeS. Tomemos el caso de Raktim Addya, que se vio obligado a interrumpir sus estudios superiores tras la jubilación de su padre. Primero montó un puesto de té y luego se apuntó a Jetking Infotrain Ltd, socio del NSDC, para formarse en equipos informáticos y redes. En un año consiguió un empleo en Wipro y ahora gana más de 2 lakh al año. Dice: "El certificado puede ayudarte a conseguir trabajo o incluso a montar un negocio".
Siddharth Bharwani, vicepresidente de Jetking Infotrain Ltd, afirma: "Estas historias de éxito ponen de manifiesto las lagunas de nuestra enseñanza superior convencional. La mayoría de los recién licenciados de las mejores universidades del país no consiguen colocarse". Según Neela Dabir, decana del Instituto Tata de Ciencias Sociales, sólo el 20% de los licenciados en carreras tradicionales pueden encontrar empleo. El resto necesita adquirir cualificaciones adicionales para conseguir un empleo.
Un gran problema en este país es el enorme desajuste entre los planes de estudios y las cualificaciones requeridas en el lugar de trabajo. Atul Raja, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Wadhwani, una organización sin ánimo de lucro que promueve la formación profesional y el espíritu empresarial, afirma: "Hay una desconexión notable entre lo que produce el mundo académico y lo que necesitan la industria y la sociedad."
Cree que esta enorme brecha podría desbaratar los ambiciosos planes de la India. Una "India cualificada" es imprescindible para Make in India. Una fractura en la cadena de suministro de cualificaciones podría trastocar los planes de la India de dominar el sector manufacturero (Make in India), sus objetivos de empoderar digitalmente a los ciudadanos (Digital India) o desarrollar un emprendimiento eficaz (Startup India)."
Las principales carencias de cualificación se dan en la industria del automóvil, la construcción, el sector textil y el comercio minorista. Aparte de esto, hay escasez de cualificaciones para puestos que van desde soldadores a albañiles y desde electricistas a enfermeros.
InSkills, socio de NSDC, ha formado a varios jóvenes en estos sectores. Dice Tridibesh Bandopadhyay, cofundador y director general: "Hemos colocado candidatos en Maruti, Larsen & Toubro e incluso en empresas de construcción de Arabia Saudí."
Sin embargo, lamenta que la mayoría de las empresas indias no den ningún trato preferente a los trabajadores con formación profesional en el nivel inicial. Según él, esto desanima a los jóvenes a formarse en competencias. "Además, muchos administradores consideran que la formación es cosa de pobres", añade.
Krishna, del NSDC, está de acuerdo: "Tenemos que hacer que se respeten las competencias. Es hora de que los jóvenes, sus padres y sus compañeros se den cuenta de que ningún trabajo es pequeño". Y acepten el hecho de que los jóvenes necesitan cualificaciones que les conduzcan a puestos de trabajo.