El papel evolutivo del fundador de una startup para una institución duradera

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El papel evolutivo del fundador de una startup para una institución duradera

A medida que una nueva empresa toma forma, pasando de ser una idea a una organización operativa, el fundador también debe evolucionar, y su mentalidad, disciplina personal y habilidades de liderazgo deben cambiar de marcha.

Por Ajay Batra

La pandemia de 2020, los trastornos personales y los retos relacionados con la disponibilidad de capital de riesgo no han hecho más que reforzar el hecho de que las empresas emergentes deben trabajar con una visión innovadora y modelos de negocio sólidos para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

Las empresas emergentes deben reflexionar detenidamente sobre lo que se necesitará más allá del “lanzamiento” y trabajar en la creación de negocios viables a largo plazo. ¿Cuáles son las competencias personales y de liderazgo clave que los fundadores deben aprovechar a medida que pasan de una idea a una empresa operativa y, posteriormente, a una institución duradera?

Startups en fase inicial

Los primeros días de un equipo fundador son importantes para desarrollar la mentalidad emprendedora y crear una cultura organizativa que pueda apoyar la ideación, la experimentación y la acción. Durante esta etapa incipiente y altamente impredecible de su empresa, los rasgos individuales que proporcionan orientación y estabilidad incluyen:

Creatividad:
La curiosidad infantil es lo que permite a los emprendedores desarrollar una mentalidad creativa y la propensión a desafiar la situación, no solo indagando en el “¿por qué?”, sino también en el “¿por qué no?”. La creatividad de los emprendedores exitosos va más allá de las profundidades de su imaginación personal; aprovechan la diversidad de experiencias de las personas que los rodean para generar ideas innovadoras.

Una consecuencia natural de esta creatividad es que las empresas emergentes se centran por igual en analizar los problemas y en encontrar soluciones, lo que en muchos casos tiene un impacto positivo y duradero.

Cambiando el mundo
Las empresas fundadas con esta misión aportan pureza de intenciones y un propósito significativo a sus esfuerzos. En última instancia, más allá de las necesidades comerciales, cada startup debe estar impulsada por el deseo de mejorar sustancialmente la ecología y la vida de las personas y los animales del planeta.

Esta visión más amplia del mundo permite a las empresas emergentes desarrollar una perspectiva externa que, en última instancia, les ayuda a identificar tendencias que pueden convertirse en oportunidades.

Satisfacción del cliente
Los fundadores exitosos son aquellos que tienen una idea clara de quiénes son sus clientes, qué quieren y cómo satisfacer sus expectativas. Los clientes exigentes son excepcionalmente capaces de tomar decisiones racionales e inteligentes.

Por lo tanto, aquellas empresas emergentes que reconozcan este importante hecho y desarrollen la capacidad de escuchar lo que los clientes no dicen probablemente se mantendrán a la vanguardia con una importante ventaja competitiva. La innovación continua es la clave para lograr la lealtad de los clientes.

Los clientes exigentes son excepcionalmente capaces de tomar decisiones racionales e inteligentes. Atrás quedaron los días en que las decisiones de compra se basaban únicamente en la publicidad y el marketing de influencers.

Startups en fase de crecimiento

Si bien el objetivo inicial de los fundadores es lograr que la nueva empresa despegue con éxito, la fase de crecimiento requiere disciplina en la gestión para sentar unas bases sólidas que permitan obtener resultados consistentes. Las cualidades individuales clave en esta etapa son:

Desarrollo de la organización:
A nivel externo, las startups se enfrentan a retos diarios derivados de la dinámica cambiante del mercado. A nivel interno, desde la gestión del talento hasta el desarrollo de productos, hay un millón de cosas que compiten por la atención del equipo fundador. El truco para lograr resultados significativos es mantener una concentración absoluta en los objetivos más importantes en cada momento.

Es necesario priorizar y replantear constantemente las actividades para garantizar que la organización, en su conjunto, siga avanzando de manera significativa. Por supuesto, una parte fundamental para mantener el enfoque es también saber a qué decir “no” y cuándo hacerlo.

Sesgo hacia la ejecución y el aprendizaje
El camino de una startup no es lineal y, en su mayor parte, no es determinista. La rapidez en la acción y el aprendizaje en cada paso son esenciales para avanzar sin tropiezos hacia los objetivos. Steve Blank ha señalado acertadamente que “ningún plan sobrevive al primer contacto con los clientes”. Por lo tanto, es la planificación la que tiene prioridad sobre los planes y, de manera similar, son las acciones las que eclipsan el análisis en el complejo y caótico mundo de las startups.

Una startup debe crear un entorno en el que sus partes interesadas puedan tomar medidas informadas, analizar rápidamente su impacto, aprender y seguir avanzando. Las startups que fomentan una actitud de “fracasar rápido, aprender más rápido” están preparadas para alcanzar un mayor éxito. Con humildad, hay que aprender, pivotar y seguir avanzando.

Un ecosistema dinámico y un equipo sólido
Los fundadores de startups exitosas comprenden el valor de desarrollar un ecosistema dinámico y próspero, ya que son las diversas partes interesadas (socios, consumidores, miembros del equipo y la comunidad en general) de este ecosistema las que, colectivamente, crean una plataforma para el crecimiento empresarial. Por lo tanto, todas ellas son partes interesadas importantes en el éxito mutuo.

A menudo, estas empresas emergentes crean nuevos segmentos industriales que otros actores aprovechan para desarrollar nuevos negocios. Los fundadores también son conscientes de su importante papel en la creación de un equipo cohesionado que cree en la misión y la visión con la misma intensidad y se enorgullece de su trabajo diario, además de tener un fuerte sentido de pertenencia y un enfoque inquebrantable en la innovación para el futuro.

Las grandes empresas emergentes crean una cultura laboral empoderada y basada en la confianza, que se sustenta en el respeto mutuo y la confianza en las habilidades de cada uno, así como en un liderazgo que cree en la toma de decisiones participativa y descentralizada.

Las cualidades de liderazgo necesarias para poner en marcha una startup son completamente diferentes a las que se requieren para hacer crecer una empresa exitosa con más partes móviles, mayor autonomía operativa y un equipo más grande. Los fundadores deben aprovechar esta transición para reflexionar más sobre sí mismos y sentirse cómodos con la idea de delegar y empoderar a otros, a medida que la identidad de su empresa evoluciona de una startup cómodamente caótica a una organización eficaz.

Fuente: TuHistoria

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